Desde 2010 la democracia en España (en
Europa) está sufriendo un continuo ataque hasta el punto de era cada día más
evidente su pérdida de calidad. La reforma de la Constitución en el
verano de 2011 fue un hecho de extrema gravedad, pero desde que el PP, con
medio millón de votos menos que el PSOE en 2008 logró gracias a las
maravillas de la ley electoral la mayoría absoluta en las cámaras, cada día
vemos como el deterioro de nuestro sistema democrático nos acerca más a una
oligarquía. Este fin de semana hemos tenido ocasión de ver dos graves muestras
con las intervenciones por Decreto-Ley en Universidades y RTVE. Es necesario
entrar el blog hermanoSegún Antonio Baylos para ilustrarse sobre estos hechos.
Poco antes de lanzar el ataque a las Universidades en el BOE, como es habitual
(mucho más cuando el Ministro del ramo se ganaba su buen sustento en el negocio
de la manipulación de la opinión) y como corresponde a la insensatez y
falta de sentido de lo público que le caracteriza, este Gobierno lanzó una
diatriba contra las Universidades a las que calificaba de escasa calidad
aduciendo todo tipo de falsedades. Los rectores de las Universidades han
publicado este manifiesto que aquí se ofrece, con la esperanza que la
preocupación que dicen sentir de un paso más en la defensa de la institución.
Los rectores
manifiestan su preocupación por las declaraciones del Ministro sobre el Sistema
Universitario Español
El análisis de los datos disponibles, contrastados por
diferentes organismos nacionales e internacionales, no permite compartir muchas
de las afirmaciones, ni el diagnóstico, que se ha hecho del Sistema
Universitario Español. Efectivamente, en España existe un claro desajuste entre
recursos públicos empleados y resultados obtenidos en docencia, investigación y
transferencia del conocimiento. Sin embargo, los resultados son
proporcionalmente muy superiores al esfuerzo público realizado.
En docencia, el 79% de los estudiantes que inician sus estudios,
finalizan con un título universitario, siendo la media en la OCDE del 70%. Además, en los
últimos años se ha producido una clara mejoría del rendimiento académico, a
raíz de la integración en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), a
pesar de haber realizado la adaptación con un esfuerzo inversor claramente
inferior al de otros países.
En una situación de mercado mejor que la actual, el nivel de
formación de los universitarios españoles ha demostrado claramente su
adecuación. No parece, pues, correcto relacionar la preparación de los
estudiantes y la eficacia de la
Universidad con la falta de empleo, especialmente entre los
jóvenes. En este sentido, la preparación académica de nuestros estudiantes es,
en términos generales, claramente satisfactoria.
En investigación, entre
1997 y 2007, la producción científica española creció un 80%, hasta constituir
el 3,4 % de la producción científica mundial, realizándose dos terceras partes
de este porcentaje en las universidades. Este esfuerzo ha convertido a España
en la novena potencia científica, y en la octava en publicaciones por
habitante, con resultados similares a Japón. En este ámbito, una universidad
española se sitúa entre el 1% que agrupa a las mejores universidades del mundo,
ocho universidades dentro del 2%, 24 en el 4% y todas las públicas y tres
privadas, en el 10%.
Es un resultado más que notable si consideramos que España sólo
invierte en I+D+i un 1,39% de su PIB, muy lejos del 2,3% que es la media de la OCDE. Relacionando
la producción científica por habitante con el porcentaje de gasto en I+D+i,
resultamos ser uno de los cuatro sistemas más eficiente del mundo.
En transferencia, ciertamente España contribuye muy poco (0,8%)
a las patentes mundiales. Sin embargo, el porcentaje de patentes que en España
proviene del sector universitario, es el segundo más alto del mundo. En
consecuencia, no parece correcto señalar el sistema universitario español como
el principal responsable del bajo porcentaje de innovación de nuestro país.
Asimismo, cabe recordar que en los últimos años el Sistema
Universitario Español ha estado sometido a importantes cambios para adaptarse
al Espacio Europeo. Lo que las universidades necesitan actualmente es
estabilidad normativa y una financiación acorde con las capacidades y
necesidades del país. Por ello, es imprescindible un compromiso conjunto entre
administraciones públicas y universidades.
Las universidades estamos y estaremos siempre al servicio de la
sociedad, dispuestas a continuar trabajando en la adecuación del sistema a las
necesidades de nuestro país, especialmente en estos momentos de crisis.
Conferencia de Rectores de Universidades Españolas
Madrid, 17 de abril de 2012
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