domingo, 27 de noviembre de 2016

Fidel



Fidel había pasado a la historia mucho tiempo antes de este 25 de noviembre. Intentaron en numerosas ocasiones matarlo usando los más diversos métodos y siempre fracasaron, pero eso no hubiese sido posible sin la resistencia del pueblo cubano, que siempre quiso vivir en paz y progreso, pero todavía hoy sigue sufriendo las consecuencias de un bloqueo que insulta las más elementales reglas de la convivencia entre las naciones. El triunfo de la revolución cubana enseñó que la utopía de un mundo más justo y mejor no es una quimera. 

sábado, 26 de noviembre de 2016

Carta abierta a mi hermano de las Brigadas Internacionales



Marcos Ana ha muerto, pero su ejemplo sigue vivo. Aquí reproducimos esta carta suya a los voluntarios de las Brigadas Internacionales



Queridos camaradas:

Me gustaría escribiros a cada uno en vuestro propio idioma, o que todos recordarais  el español para poder expresaros más directamente el cariño y la admiración que siento por vosotros. Los idiomas deberían ser universales, como es el amor, la música o los grandes ideales. Sin embargo, durante el homenaje de noviembre, siempre que nos encontramos, utilizamos un idioma común a nuestros corazones, el idioma de la solidaridad humana, el lenguaje diferente y único de las Brigadas Internacionales. Y basta mirarnos, darnos un abrazo, para saber, sin decir una palabra,  que somos hermanos, ramas de un mismo tronco, hijos de una misma lucha por la libertad y la dignidad humana. Esta admiración, que crece en mí cada día, viene desde muy lejos, cuando  mi juventud nacía y mi corazón era un adolescente miliciano. 
Y yo ya no sé si admiro más en vosotros vuestra lucha heroica y romántica de ayer, cuando veníais a ofrecernos la vida si era necesario, o el hecho ejemplar de no haber  dejado parados vuestro corazón  y vuestra historia en las páginas del pasado y, 60 años después, algunos ya encorvados por el peso de la edad o de las enfermedades, continuar la lucha, con armas diferentes, pero con los mismos ideales, sin cambiar vuestro corazón de sitio. Vuestra consecuencia y lealtad es también un ejemplo para todos en este momento, cuando los metafísicos de la desesperanza devalúan las ideas o van a la deriva ante naufragios inesperados o decepciones personales o colectivas.  Los hombres pueden equivocarse, fracasar, incluso traicionarse a sí mismos, pero las ideas permanecen, están por encima de las circunstancias. Y los nobles ideales por los que vosotros luchasteis y muchos dieron su vida, seguirán abriendo camino al porvenir y alcanzarán un día la victoria. Si no lo vemos nosotros, lo verán nuestros hijos; pero es necesaria e inevitable, frente a esta sociedad insolidaria, una nueva primavera del mundo.

España ha demostrado una vez más que no os olvida. Y en tal medida que a todos nos sorprendió la clamorosa bienvenida que recibisteis. En medio de ese clamor popular y precisamente por eso no faltaron los que quisieron ignorarlo o falsear vuestra historia. Todavía hay gentes que van con la Noche a cuestas, vertiendo  su oscuridad sobre toda la luz que nace, o permanece, como la vuestra. Pero todos juntos no pesan lo que un minuto de vuestra vida, no valen lo que una palabra vuestra y jamás tendrán la fuerza necesaria para borraros de la historia, ni para arrancaros del corazón de nuestro pueblo.

Podéis sentiros orgullosos de vosotros mismos. Habéis alcanzado la inmortalidad en la memoria y en el corazón de las gentes. Lo más triste cuando se llega al atardecer de la vida es mirar atrás y no haber dejado huellas de nuestro paso. Pero vosotros habéis hecho camino, habéis dejado huellas imborrables en la Historia. Vuestra palabra está poblada de voces universales, ocupáis grandes espacios en la bibliografía mundial. Han cantado vuestra gesta  los poetas más grandes de nuestro tiempo, Alberti, Neruda, César Vallejo... Fuisteis un ejemplo ayer, lo sois hoy y lo seguiréis siendo para las generaciones venideras.

Bertold Brecht escribió un poema que se hizo emblemático para todos nosotros:

Hay hombres que luchan un año
y son buenos.
Hay otros que luchan muchos años
y son mejores.
Pero hay hombres que luchan siempre:
esos son imprescindibles.

Y a esa clase de hombres  y mujeres que luchan toda su vida pertenecéis vosotros, los brigadistas voluntarios de la libertad.

Quiero terminar esta carta, queridos hermanos, deseándoos mucha salud. La salud es la base material del revolucionario. Os pedimos que os cuidéis mucho. Apretad los puños y el corazón para seguir viviendo. Resistid, que esa es vuestra profesión, a la ofensiva de los años, de las enfermedades, de las frustraciones. Deseamos seguir teniéndoos a nuestro lado mucho tiempo. Queremos cruzar juntos las fronteras del año dos mil, para celebrar vuestro 65 aniversario  en el amanecer del siglo XXI. Con esa esperanza os abrazo.

Julio de 1997  [i]


martes, 15 de noviembre de 2016

ANTE LA NEGOCIACIÓN SOBRE LA NUEVA REFORMA DE PENSIONES



Como cigüeñas al campanario por San Blas, vuelve con el nuevo-viejo Gobierno la reforma de las pensiones, o de algunas de ellas. Esta vez la urgencia de la reforma que reclaman determinados agentes económicos y sus intelectuales orgánicos tiene una base real de justificación cual es el déficit de la Seguridad Social que se ha ido paliando con el Fondo de Reserva, cosa que no es posible seguir haciendo, como es evidente. Ante la negociación que se ha abierto en el marco del Pacto de Toledo, algunas puntualizaciones parece conveniente hacer.

La primera es que todas las partes presentes en las negociaciones, empezando por el Gobierno, están obligadas a hacer una declaración pública, solemne, unánime e inequívoca de que las pensiones se van a mantener porque se toman en serio el mandato del art. 41 de la Constitución. Es, ni más ni menos, cumplir y hacer cumplir la Constitución y dejar de usarla para tirársela a cabeza en los debates sobre la organización territorial del Estado. La seguridad y tranquilidad de la población lo merecen más que sobradamente.

La segunda es que como el problema del déficit tiene su razón de ser en la caída de los ingresos del Sistema y no en un exceso de gastos porque las pensiones ya han sido recortadas, entre otras cosas, con el índice de revalorización que se introdujo en 2013 y más que lo van a ser en el cálculo de su cuantía inicial cuando se aplique, si es que se llega a ello, el factor de sostenibilidad, el objetivo de la reforma debe de ser mejorar sus fuentes de financiación. 

Si como es evidente, y todo el mundo no puede sino estar de acuerdo, que la devaluación salarial, el desempleo, la temporalidad de los contratos de trabajo y el contrato a tiempo parcial son una de las razones de esa caída de ingresos, parece oportuno atajar ese mal, para ello la primera medida ha de ser reforzar e incentivar la negociación colectiva, en especial la de sector porque es la mejor garantía de la mejora salarial de miles de trabajadoras y trabajadores de las pequeñas y medianas empresas que son la mayoría del tejido productivo español. La rectificación de la reforma laboral se impone y si el Gobierno y los partidos que lo sostienen no lo hacen están con claridad siendo falsarios cuando pregonan que defienden la Seguridad Social.

Pero para mejorar los ingresos del Sistema también hay que eliminar medidas erróneas y contraproducentes que se han aplicado en el pasado reciente, como las bonificaciones y, sobretodo, las deducciones directas a los empresarios de su cuota por contingencias comunes. Las llamadas tarifas planas no sirven para la creación de empleo de calidad, pero si para drenar los recursos de la Seguridad Social. 

Otro camino para mejorar los ingresos es la eliminación del tope de cotización establecido hoy en 3.642 € brutos al mes. Todo lo que supere esa cifra está exento de cotización a la Seguridad Social, lo que es injusto porque quienes ganan menos son solidarios con el cien por cien de sus ingresos y los mejor retribuidos lo son solo en parte. Una perversa solidaridad inversa. No es argumento decir que también hay topes de prestación porque, como es bien sabido, nuestro Sistema (como todo que merezca el nombre de Seguridad Social) funciona con el sistema financiero de reparto, es decir, no hay relación sinalagmática entre las cuotas y las prestaciones. Otra cosa es que la prudencia aconseje revisar al alza los topes de prestación (que pueden seguir existiendo) y ahí es donde hay que hacer finos cálculos actuariales.

Mejorar la calidad del empleo (por tanto subidas salariales) y corregir los mecanismos que drenan las fuentes de recursos al Sistema es una necesidad cuando se observa que según datos del INE el salario medio bruto mensual en 2014 (son los datos que dispongo, pero no debe haber cambiado mucho) era de 1.904,8 €, siendo el salario modal (esto es, el más frecuente) 1.374,2 € y 1.605,3 € el mediano. Si tenemos en cuenta que el INE para estos cálculos parte de los salarios percibidos por quienes están en alta a la Seguridad Social al menos dos meses, hemos de concluir que las remuneraciones de los asalariados en su conjunto son inferiores porque es bien sabido que una cantidad enorme de los contratos tienen una duración inferior a dos meses y que los trabajadores temporales y a tiempo parcial tienen salarios más bajos.

La tercera tiene que ver con la financiación de la Seguridad Social por transferencias desde el Estado, esto es, por impuestos. Se está hablando de financiar ya las prestaciones de viudedad por esta vía. Hoy por hoy aproximadamente el 83 por ciento de los recursos del Sistema provienen de las cotizaciones sobre salarios. No parece descabellado reducir esa proporción aumentando la vía impositiva en un mundo en el que nos están diciendo que la robótica y las nuevas tecnologías nos llevan a una cuarta revolución industrial en donde la producción de bienes y servicios precisará menos trabajadores pero aumentará los beneficios empresariales. Permanecer en la jaula de la llamada contributividad lleva indefectiblemente a la reducción de las prestaciones en clara oposición a la suficiencia de las mismas que manda la Constitución. Pero este es un debate que hay que hacerlo con tranquilidad y calma, mientras que ahora es urgente allegar recursos al Sistema.  Conviene recordar que el art. 109 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social dice que las prestaciones a las que llama contributivas se financiarán “básicamente” con cotizaciones sociales, pero no cierra la vía para la financiación por impuestos, que pueden ser finalistas para evitar un uso imprudente de la discrecionalidad por el legislativo. Ese debate no debe de ser reservado a “los expertos”, es algo que concierne a toda la sociedad y en especial a los trabajadores, por eso no estaría de más que los sindicatos tuvieran en perspectiva un referéndum sobre esta materia, como autorizadas voces ya han sugerido.