domingo, 26 de agosto de 2018

INCITACIÓN A LA LECTURA DE CLÁSICOS: LORENZ VON STEIN


El ritmo de la vida en verano, o más en concreto del periodo vacacional, por las menos urgencias cotidianas a las que atender es más propenso a la lectura reposada de obras de autores que no se perciben sometidas a la exigencia de respuestas pedidas por problemáticas de la actualidad, pero, transcendiéndolas, no dejan de decirnos algo sobre ellas. Parece que es un buen tiempo para dirigirse a “los clásicos”.

Claro, lo primero que habría que dilucidar es que es lo que puede entenderse por clásico más allá de esa inicial aproximación que acaba de exponerse. Si la obra en cuestión no nos dice nada sobre la problemática actual, precisamente porque la transciende, ¿deja de ser clásica? No tiene porqué ser así. Italo Calvino en su Perché leggere i classici, se planteó en el primero de los ensayos que componen esta obra a qué deberíamos llamar clásico y, tras ofrecer catorce propuestas de definiciones, algunas tan interesantes como que entre las personas que se supone de vastas lecturas cuando hablan de clásicos no suelen decir que están leyendo uno, sino releyéndolo (lo que no deja de ser una pequeña hipocresía),  o aquella otra en la que dice que “un clásico es un libro que no ha jamás acabado de decir aquello que tiene que decir”, termina recordando, con Cioran, que cuando estaban preparando la cicuta Sócrates trataba de aprender  una pieza para flauta, a lo que le preguntaron para que le serviría ya. Su respuesta fue “para saber esta pieza antes de morir”.

La obra científica de Lorenz von Stein publicada entre 1842 y 1856 fue decisiva en el avance de las ciencias sociales, por lo que puede ser considerada “clásica”. En 1957 el Instituto de Estudios Políticos publicó, con prólogo de Diez del Corral y traducción de Tierno Galván, Movimientos Sociales y Monarquía, en donde se vierte al castellano la parte central de lo publicado por von Stein hacia 1851. La lectura o relectura de esta obra es altamente recomendable, mucho mejor si es acompañada del estudio que con el título “La teoría de la sociedad en Lorenz von Stein” publicó M. García Pelayo en 1949, en el nº 47 de la Revista de Estudios Políticos.

Como García Pelayo resalta, la obra de von Stein que aquí se comenta tiene la intencionalidad práctica de ser respuesta a los procesos revolucionarios que tuvieron lugar en Europa en 1848, pero va allá al ofrecer un nuevo método de aproximación a los procesos sociales, con muchas similitudes al de Marx, pero mientras este ofrece una solución revolucionaria aquel da la conservadora. En cualquier caso a partir de ese momento queda claro que las revoluciones no son ya meramente políticas, sino que empieza la época de la revolución social.

Von Stein descubre una tensión dialéctica entre Estado y Sociedad, y esa oposición es el contenido de la vida de la comunidad. En la sociedad no reina la libertad, sino la sujeción y ello porque para su desenvolvimiento personal todo individuo depende de la adquisición de bienes y, aquí, establece el axioma de que “los bienes están en la propiedad” (p. 22) y los bienes, que es lo que sirve para la satisfacción de las necesidades humanas, se alcanzan por el trabajo, pero mientras todo individuo tiene fuerza de trabajo, la materia es limitada y se haya en la propiedad, de donde se infiere “que todos aquellos que no poseen más que su fuerza de trabajo están en dependencia de los que poseen una propiedad” (p. 23). Ese es el movimiento de la comunidad humana y sus leyes que dan lugar a las clases sociales divididas entre los que poseen y los que no poseen y la dependencia de estos últimos de los primeros, lo que lleva a una situación de conflicto. “Mientras el producto siga siendo un bien y lo elaborado una propiedad, aquel conflicto formará por si solo los dos grandes polos de la comunidad humana y en el acercamiento y repulsión de ambos consistirá la vida de esa comunidad” (p. 23). El ámbito de la sociedad es el ámbito de la dependencia y la sujeción de unos por otros.

El principio del Estado es, por el contrario, “la elevación de todos los individuos a la plena libertad, al pleno desenvolvimiento personal”, lo que está en contradicción con el principio de sociedad que es el la realización del individuo mediante la dependencia de otro (p.56). El puro concepto de Estado, que se compone de constitución y administración, es el reino de la libertad y la igualdad, y para eliminar la dependencia de la clase inferior “formulará primeramente en la constitución, como supremo principio jurídico, la igualdad de derecho público; en la administración convertirá en objeto principal de su actividad la abolición de la clase inferior” (p.62), lo que indudablemente va en contra “de la situación social de la clase dominante”. El conflicto con esa clase es en lo que se resume el conflicto entre Estado y sociedad. Von Stein bien sabe que ese tipo de Estado es abstracto, que el estado real es otra cosa porque en el movimiento social la clase dirigente se apodera del Estado y entonces, haciendo uso del derecho excluye a la clase inferior de la adquisición de los bienes. La sujeción ya no es solo social, sino jurídica y se establecen los privilegios, estamentos y castas por el poder supremo que gobierna la clase dominante (p.97).  

Pero esa contradicción debe resolverse en lo que propone como movimiento a la libertad, que es entendida como “la autodeterminación de la persona tanto en el mundo espiritual como el material. Supone por tanto para la persona individual el dominio sobre la esfera del bien espiritual, así como del bien material” (p. 118).  La educación de todo el pueblo es requisito para avanzar en ese camino hacia la libertad porque con ella se alcanzan los bienes espirituales que hacen después posible la adquisición de los materiales. “El principio de la capacidad igual de formación es el de la igualdad entre los hombres” (p. 121), pero esto entra en conflicto con el orden de la sociedad y aquí el trabajo despliega toda su potencia porque, al ser el medio de alcanzar bienes, como ya se dijo, “es natural que el trabajo sea mejor y más valioso cuanto mayores sean al conocimiento y la capacidad…cuanto más alta es la formación de un pueblo o de una parte del mismo, más resueltamente alcanza éste en parte, y en parte, exige, la adquisición de bienes materiales” (p. 123).

Destaca que en el mundo industrializado un movimiento social discurre basado en leyes de adquisición del capital que es producido merced “al excedente de los salarios una vez cubiertas las necesidades del obrero […que ] se junta al capital como ganancia […] por eso cuanto mayor es el salario menor es la ganancia del capital y por tanto, su crecimiento, y cuanto más reducido es el salario mayor es la ganancia” ( p. 152). He aquí una clara expresión de la ley de bronce de los salarios, y añade que “es completamente insensato querer hacer de esto un reproche al capital adquisitivo; su naturaleza es precisamente obrar así y no de otra manera” (p. 153). Pero esto refuerza la dependencia social y abre un camino muy distinto en la historia de Europa donde “la reforma y la revolución política tocan a su fin. Reforma y revolución social las han suplantado y superan todos los movimientos de los pueblos con su terrible poder y sus graves dudas” (p. 159). La propuesta que hace no es la de la revolución social, sino la reforma social que trata de resolver la cuestión social mediante el desarrollo de cada personalidad individual, no se trata de eliminar las clases sociales, sino que “hasta las últimas fuerzas obreras posean la capacidad de llegar a la propiedad de capital” (p. 193). La reforma social consistirá en “la actividad, las proposiciones, ensayos, leyes e instituciones que quieren hacer esto posible al trabajo” (p. 194), y a ello contribuirá también el interés de la clases propietaria. Como destaca García Pelayo, la idea de reforma social de von Stein implica que la pobreza sea afrontada por la asistencia, pero al proletariado hay que darle la posibilidad de adquisición, y así su teoría dialéctica, que parte de la incapacidad política del proletariado “viene a desembocar en una especie de liberalismo”  en el que está ausente el desarrollo dialectico. La forma política es la monarquía social, porque es la que representa la más genuina idea del Estado, pero con esa exaltación de la monarquía “von Stein, nos dice de nuevo García Pelayo, introduce un elemento irracional y hasta místico en el seno de su muy racional sistema”, un sistema elaborado con intención conservadora, pero que su contenido y estructura no tiene nada de tal (p. 87), de lo que es muestra su claridad al indicar que el nacimiento del proletariado tiene lugar en el momento en que la clase dominada empezó “poco a poco a considerarse como un todo autónomo, con un contenido propio, y a formar una clase consciente de sí misma” (p. 248) y de ahí que la historia del comunismo comience “como historia de la conciencia social en el proletariado” ( p. 250). 

Es imposible no darse cuenta que las ideas de la reforma social de von Stein están muy presentas en la política social que unos treinta años después puso en marcha Bismarck y que después han tenido una gran influencia en toda Europa.

No estaría mal seguir la incitación que aquí se hace con la lectura de otras obras que también tratan los sucesos de 1848 como son La Lucha de clases en Francia de 1848 a 1850,  El dieciocho brumario de Luís Bonaparte, ambas de Carlos Marx y Recuerdos de la Revolución de 1848 de Alexis de Tocqueville, de la que hay una edición de la editorial Trotta con magnifico prólogo de Ramón Ramos.

INCITACIÓN A LA LECTURA DE CLÁSICOS: LORENZ VON STEIN

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El ritmo de la vida en verano, o más en concreto del periodo vacacional, por las menos urgencias cotidianas a las que atender es más propenso a la lectura reposada de obras de autores que no se perciben sometidas a la exigencia de respuestas pedidas por problemáticas de la actualidad, pero, transcendiéndolas, no dejan de decirnos algo sobre ellas. Parece que es un buen tiempo para dirigirse a “los clásicos”.

Claro, lo primero que habría que dilucidar es que es lo que puede entenderse por clásico más allá de esa inicial aproximación que acaba de exponerse. Si la obra en cuestión no nos dice nada sobre la problemática actual, precisamente porque la transciende, ¿deja de ser clásica? No tiene porqué ser así. Italo Calvino en su Perché leggere i classici, se planteó en el primero de los ensayos que componen esta obra a qué deberíamos llamar clásico y, tras ofrecer catorce propuestas de definiciones, algunas tan interesantes como que entre las personas que se supone de vastas lecturas cuando hablan de clásicos no suelen decir que están leyendo uno, sino releyéndolo (lo que no deja de ser una pequeña hipocresía),  o aquella otra en la que dice que “un clásico es un libro que no ha jamás acabado de decir aquello que tiene que decir”, termina recordando, con Cioran, que cuando estaban preparando la cicuta Sócrates trataba de aprender  una pieza para flauta, a lo que le preguntaron para que le serviría ya. Su respuesta fue “para saber esta pieza antes de morir”.

La obra científica de Lorenz von Stein publicada entre 1842 y 1856 fue decisiva en el avance de las ciencias sociales, por lo que puede ser considerada “clásica”. En 1957 el Instituto de Estudios Políticos publicó, con prólogo de Diez del Corral y traducción de Tierno Galván, Movimientos Sociales y Monarquía, en donde se vierte al castellano la parte central de lo publicado por von Stein hacia 1851. La lectura o relectura de esta obra es altamente recomendable, mucho mejor si es acompañada del estudio que con el título “La teoría de la sociedad en Lorenz von Stein” publicó M. García Pelayo en 1949, en el nº 47 de la Revista de Estudios Políticos.

Como García Pelayo resalta, la obra de von Stein que aquí se comenta tiene la intencionalidad práctica de ser respuesta a los procesos revolucionarios que tuvieron lugar en Europa en 1848, pero va allá al ofrecer un nuevo método de aproximación a los procesos sociales, con muchas similitudes al de Marx, pero mientras este ofrece una solución revolucionaria aquel da la conservadora. En cualquier caso a partir de ese momento queda claro que las revoluciones no son ya meramente políticas, sino que empieza la época de la revolución social.

Von Stein descubre una tensión dialéctica entre Estado y Sociedad, y esa oposición es el contenido de la vida de la comunidad. En la sociedad no reina la libertad, sino la sujeción y ello porque para su desenvolvimiento personal todo individuo depende de la adquisición de bienes y, aquí, establece el axioma de que “los bienes están en la propiedad” (p. 22) y los bienes, que es lo que sirve para la satisfacción de las necesidades humanas, se alcanzan por el trabajo, pero mientras todo individuo tiene fuerza de trabajo, la materia es limitada y se haya en la propiedad, de donde se infiere “que todos aquellos que no poseen más que su fuerza de trabajo están en dependencia de los que poseen una propiedad” (p. 23). Ese es el movimiento de la comunidad humana y sus leyes que dan lugar a las clases sociales divididas entre los que poseen y los que no poseen y la dependencia de estos últimos de los primeros, lo que lleva a una situación de conflicto. “Mientras el producto siga siendo un bien y lo elaborado una propiedad, aquel conflicto formará por si solo los dos grandes polos de la comunidad humana y en el acercamiento y repulsión de ambos consistirá la vida de esa comunidad” (p. 23). El ámbito de la sociedad es el ámbito de la dependencia y la sujeción de unos por otros.

El principio del Estado es, por el contrario, “la elevación de todos los individuos a la plena libertad, al pleno desenvolvimiento personal”, lo que está en contradicción con el principio de sociedad que es el la realización del individuo mediante la dependencia de otro (p.56). El puro concepto de Estado, que se compone de constitución y administración, es el reino de la libertad y la igualdad, y para eliminar la dependencia de la clase inferior “formulará primeramente en la constitución, como supremo principio jurídico, la igualdad de derecho público; en la administración convertirá en objeto principal de su actividad la abolición de la clase inferior” (p.62), lo que indudablemente va en contra “de la situación social de la clase dominante”. El conflicto con esa clase es en lo que se resume el conflicto entre Estado y sociedad. Von Stein bien sabe que ese tipo de Estado es abstracto, que el estado real es otra cosa porque en el movimiento social la clase dirigente se apodera del Estado y entonces, haciendo uso del derecho excluye a la clase inferior de la adquisición de los bienes. La sujeción ya no es solo social, sino jurídica y se establecen los privilegios, estamentos y castas por el poder supremo que gobierna la clase dominante (p.97).  

Pero esa contradicción debe resolverse en lo que propone como movimiento a la libertad, que es entendida como “la autodeterminación de la persona tanto en el mundo espiritual como el material. Supone por tanto para la persona individual el dominio sobre la esfera del bien espiritual, así como del bien material” (p. 118).  La educación de todo el pueblo es requisito para avanzar en ese camino hacia la libertad porque con ella se alcanzan los bienes espirituales que hacen después posible la adquisición de los materiales. “El principio de la capacidad igual de formación es el de la igualdad entre los hombres” (p. 121), pero esto entra en conflicto con el orden de la sociedad y aquí el trabajo despliega toda su potencia porque, al ser el medio de alcanzar bienes, como ya se dijo, “es natural que el trabajo sea mejor y más valioso cuanto mayores sean al conocimiento y la capacidad…cuanto más alta es la formación de un pueblo o de una parte del mismo, más resueltamente alcanza éste en parte, y en parte, exige, la adquisición de bienes materiales” (p. 123).

Destaca que en el mundo industrializado un movimiento social discurre basado en leyes de adquisición del capital que es producido merced “al excedente de los salarios una vez cubiertas las necesidades del obrero […que ] se junta al capital como ganancia […] por eso cuanto mayor es el salario menor es la ganancia del capital y por tanto, su crecimiento, y cuanto más reducido es el salario mayor es la ganancia” ( p. 152). He aquí una clara expresión de la ley de bronce de los salarios, y añade que “es completamente insensato querer hacer de esto un reproche al capital adquisitivo; su naturaleza es precisamente obrar así y no de otra manera” (p. 153). Pero esto refuerza la dependencia social y abre un camino muy distinto en la historia de Europa donde “la reforma y la revolución política tocan a su fin. Reforma y revolución social las han suplantado y superan todos los movimientos de los pueblos con su terrible poder y sus graves dudas” (p. 159). La propuesta que hace no es la de la revolución social, sino la reforma social que trata de resolver la cuestión social mediante el desarrollo de cada personalidad individual, no se trata de eliminar las clases sociales, sino que “hasta las últimas fuerzas obreras posean la capacidad de llegar a la propiedad de capital” (p. 193). La reforma social consistirá en “la actividad, las proposiciones, ensayos, leyes e instituciones que quieren hacer esto posible al trabajo” (p. 194), y a ello contribuirá también el interés de la clases propietaria. Como destaca García Pelayo, la idea de reforma social de von Stein implica que la pobreza sea afrontada por la asistencia, pero al proletariado hay que darle la posibilidad de adquisición, y así su teoría dialéctica, que parte de la incapacidad política del proletariado “viene a desembocar en una especie de liberalismo”  en el que está ausente el desarrollo dialectico. La forma política es la monarquía social, porque es la que representa la más genuina idea del Estado, pero con esa exaltación de la monarquía “von Stein, nos dice de nuevo García Pelayo, introduce un elemento irracional y hasta místico en el seno de su muy racional sistema”, un sistema elaborado con intención conservadora, pero que su contenido y estructura no tiene nada de tal (p. 87), de lo que es muestra su claridad al indicar que el nacimiento del proletariado tiene lugar en el momento en que la clase dominada empezó “poco a poco a considerarse como un todo autónomo, con un contenido propio, y a formar una clase consciente de sí misma” (p. 248) y de ahí que la historia del comunismo comience “como historia de la conciencia social en el proletariado” ( p. 250). 

Es imposible no darse cuenta que las ideas de la reforma social de von Stein están muy presentas en la política social que unos treinta años después puso en marcha Bismarck y que después han tenido una gran influencia en toda Europa.

No estaría mal seguir la incitación que aquí se hace con la lectura de otras obras que también tratan los sucesos de 1848 como son La Lucha de clases en Francia de 1848 a 1850,  El dieciocho brumario de Luís Bonaparte, ambas de Carlos Marx y Recuerdos de la Revolución de 1848 de Alexis de Tocqueville, de la que hay una edición de la editorial Trotta con magnifico prólogo de Ramón Ramos.

viernes, 17 de agosto de 2018

LULA LIBRE

United Nations: Lula has the right to be a candidate || ONU: Lula tem direito a ser candidato

Projeto Brasil Nação
17 DE AGO. DE 2018 — 
UN rules Lula has the right to be a candidate [Read in English]
ONU:  Lula tem direito a ser candidato [ Leia em Português]

United Nations: Lula has the right to be a candidate
The High Commissioner for Humans Rights Secretariat of the United Nations requested the Brazilian government to allow Luiz Inácio Lula da Silva, 2018 presidential frontrunner, to have the right to be a candidate, access to the media, and to all members of his political party while being kept a prisoner. The decision follows a growing concern of the international community that Lula is a political prisoner in Brazil. Manifestos signed by globally known intellectuals have already stated that Lula is a victim of a fraud to halt democracy in Brazil. This week, Lula was formally registered as a candidate. Hours later numerous requests were made by the opposition to deny him this right.
Brazil legislation demands authorities to uphold UN Human Rights Council decisions. The situation in Brazil is so biased against Lula that he has been denied to give interviews from prison, even when assassins are entitled to that right. Lula is sentenced to almost 12 years in prison under "indeterminate acts".
While global quality papers such as "Financial Times" and "The Guardian" continues to describe Lula prison as an advancement of the Brazilian anti-corruption movement, the fact is there is absolutely no material evidence linking him with any illegal doing. On the contrary, after years of full-scale investigation, with thousands of hours of mainstream media reports, Lula was arrested because he was going to buy a flat ( described as luxurious beachside penthouse), what hi did not do. He has visited this flat only once for a couple of hours. Meanwhile, no political rival of Lula has lost any right so far. Even when millions of dollars in bags are found in their apartments or after they are wiretapped planning murders.
The long tradition of authoritarianism in Brazil, that dates back to colonialism, slavehood and dictatorship, has now imprisoned its most popular leader. Born in a desert with an infant mortality rate of 20%, Lula has created multilateral institutions such as the G-20, the Brics and Unasur.
Many hope now that the UN decision will bring Lula's foes who considered themselves Human Rights supporters to reason. It is necessary, for the sake of a fair and sustainable development, in Brazil and in the world, that the 2016 Coup in Brazil is reversed.
Please join us in this global fight for social justice! Join world-class intellectuals such as Tariq Ali, Noam Chomsky, Angela Davis, Thomas Piketty, Boaventura de Sousa Santos and Slavoj Žižek in this call! More than half a million signatures have been collected in various online petitions to support Lula and democracy in one of the world's largest countries. See them below
Election Without Lula Is Fraud
Change.org/lula
Denounces the farce that "institutions are functioning normally"
Nobel Prize of Peace
https://chn.ge/2Ix1ts9
Reinforces the candidacy indicated by the already laureate Pérez-Esquivel
Lula is a political prisoner
https://chn.ge/2kpoxzi
Internationally renowned intellectuals ask for his release
Letter to the Jurists of the World
http://bit.ly/juristascomlula
Experts denounce exception process
Stand with Lula
http://standwithlula.org
Support from the International Confederation of Central Trade Unions
ONU decide que Lula tem pleno direito de ser candidato
Comitê Internacional de Direitos Humanos determinou hoje que Lula deve ter livre acesso à mídia e não pode ter sua candidatura barrada antes de julgamento justo
Nota dos advogados do presidente Lula
Na data de hoje (17/08/2018) o Comitê de Direitos Humanos da ONU acolheu pedido liminar que formulamos na condição de advogados do ex-Presidente Luiz Inácio Lula da Silva em 25/07/2018, juntamente com Geoffrey Robertson QC, e determinou ao Estado Brasileiro que “tome todas as medidas necessárias para que para permitir que o autor [Lula] desfrute e exercite seus direitos políticos da prisão como candidato nas eleições presidenciais de 2018, incluindo acesso apropriado à imprensa e a membros de seu partido politico” e, também, para “não impedir que o autor [Lula] concorra nas eleições presidenciais de 2018 até que todos os recursos pendentes de revisão contra sua condenação sejam completados em um procedimento justo e que a condenação seja final” (tradução livre).
A decisão reconhece a existência de violação ao art. 25 do Pacto de Direitos Civis da ONU e a ocorrência de danos irreparáveis a Lula na tentativa de impedi-lo de concorrer nas eleições presidenciais ou de negar-lhe acesso irrestrito à imprensa ou a membros de sua coligação política durante a campanha.
Por meio do Decerto Legislativo 311 o Brasil incorporou ao ordenamento jurídico pátrio o Protocolo Facultativo que reconhece a jurisdição do Comitê de Direitos Humanos da ONU e a obrigatoriedade de suas decisões.
Diante dessa nova decisão, nenhum órgão do Estado Brasileiro poderá apresentar qualquer obstáculo para que o ex-Presidente Lula possa concorrer nas eleições presidenciais de 2018 até a existência de decisão transitada em julgado em um processo justo, assim como será necessário franquear a ele acesso irrestrito à imprensa e aos membros de sua coligação política durante a campanha.
Valeska Teixeira Zanin Martins
Cristiano Zanin Martins
Eleição Sem Lula é Fraude 
Change.org/lula
Denuncia a farsa de que "as instituições estão funcionando normalmente"
Prêmio Nobel da Paz
https://chn.ge/2Ix1ts9
Reforça a candidatura indicada pelo já laureado Pérez Esquivel
Lula é prisioneiro político
https://chn.ge/2kpoxzi 
Intelectuais internacionalmente renomados pedem soltura do candidato
Carta aos Juristas do Mundo
http://bit.ly/juristascomlula
Especialistas denunciam processo de exceção
StandwithLula
http://standwithlula.org
Apoio da Confederação Internacional de Centrais Sindicais

domingo, 5 de agosto de 2018

LA HUELGA, TAN AMADA, TAN ODIADA


 


 Hay pocas palabras en el diccionario de las relaciones laborales que susciten las pasiones que la de huelga. La huelga ha sido (y es con más frecuencia de lo que debería) criminalizada, denostada por lo medios de creación de opinión, y los trabajadores huelguistas castigados por el poder privado del empresario. Se entiende. La huelga es una ruptura del orden laboral, un orden para cuya preservación el empresario cuenta con los poderes directivo y disciplinario, en cuya ayuda viene, además, el poder coactivo del Estado. Es un desafío y como tal la reacción en contra al orden establecido es previsible porque en toda huelga siempre hay una porosidad entre lo público y lo privado. Todo esto se refiere a la huelga de trabajadores que de modo concertado deciden suspender la prestación de su trabajo por cuenta ajena y deben someterse a una regulación preconstitucional (singularidad española) que ha sido depurada de modo laborioso y complejo (como ocurre con toda regulación pretoriana) por los tribunales. Pero como es bien sabido, en la defensa de intereses colectivos, como un río en época de crecidas, el derecho sindical es desbordado más de una vez por la realidad social, una realidad en donde señorea “Doña Correlación de Fuerzas”.

En los inicios de este verano de 2018 un incendio social se inició en Barcelona en el sector del taxi y pronto prendió por otras ciudades españolas. Los medios hablaron de la huelga del taxi por mor de un conflicto de intereses con las plataformas UBER, CABIFY u otras parecidas.   Para los taxistas, un sector poco propicio, por no decir hostil, a las huelgas de trabajadores, ahora se trata de una acción legítima y necesaria. ¡Ah, que buena es la huelga ahora para estos esforzados defensores del servicio público!. También en esta ocasión se ha visto cómo las “huelgas” en este sector revisten notables dosis de violencia que, paradojamente,  no provocan una reacción coactiva equivalente de los poderes públicos, como las desproporcionadas que sufren los actos de extensión de la huelga, los piquetes (tan denostados y en la inmensa mayoría de los casos bastante inocentes). Otras cuestiones también afloran en este caso, como que, en principio, es un sector de trabajadores autónomos y, por ende, la denominación “clásica” de huelga encaja con dificultad y así todo el procedimiento de declaración y desarrollo de la huelga también se resiente (preaviso, constitución del comité de huelga, etc…). Por otro lado, es bien conocido que muchos conductores de taxis no son los propietarios del vehículo ni de la licencia, es decir, son trabajadores asalariados ( o camuflados como falsos autónomos) que o bien han ido voluntariamente a la “huelga” con sus patronos o, si no fuera así, tendrían que recibir su salario por no poder dar su prestación laboral por causa no imputable a ellos mismos, sino a su empresario.

Todas estas apresuradas reflexiones no entran en  la cuestión de fondo, cual es el desembarco en este sector de empresas camufladas como plataformas digitales que, no es que quieran una desregulación, sino una que les permita prestar servicios en condiciones ventajosas en términos fiscales y laborales, lo que es claramente inaceptable. Ahora ha estallado con los taxis, pero va más allá como medio de organizar el trabajo sin derechos y eludiendo la necesaria  y justa contribución fiscal. Es cierto que muchos de los protagonistas de las reivindicaciones de estos días ponen difícil la solidaridad de una gran parte de la población ( tan importante en un sector que ofrece un servicio público) con sus muy frecuentes actitudes altaneras, tal vez ocasionadas por un exceso de “Copeina”[1], que probablemente fue lo que llevó a que con ocasión de una protesta ante el Congreso de los Diputados algún intoxicado lanzase un huevo al único diputado, Pablo Iglesias, que salió  a escuchar sus reivindicaciones y mostrar su apoyo. Todo ello por no hablar de las defecciones en las propias filas, pues, como ha revelado INFOLIBRE, un exvicepresidente de una importante asociación sectorial de Madrid es hoy notable accionista de una empresa que opera en ese sector de la “nueva economía”.

En cualquier caso  este asunto ofrece una buena ocasión para poner en claro que la huelga es un fenómeno social que va más allá de los estrechos límites a los que la quiere someter una obsoleta legislación laboral, como ya demostró hace años en su magnifica tesis doctoral sobre el comité de huelga el profesor y magistrado Jesús Rentero Jover.

1.- Dícese de la sustancia ideológica suministrada por la cadena de radio episcopal COPE y otras similares, de graves efectos sobre la salud mental.