jueves, 9 de febrero de 2012

UNA SENTENCIA INICUA QUE SE VEÍA VENIR, QUE NI SE DEBE ACATAR NI RESPETAR


Hoy 9 de febrero los corruptos brindan, los fascistas ríen y los demócratas sufren. Siete magistrados de la Sala Segunda del Tribunal Supremo han condenado por prevaricación al juez Baltasar Garzón por ordenar escuchas de las conversaciones entre algunos abogados y los detenidos de la trama Gürtel. Esperanza Aguirre, cuyo gobierno trocaba las cantidades de los contratos para poder adjudicárselos a dedo a la trama con cosas tan curiosas como pagar 6.000€ por organizar una puesta en escena para la entrega de un premio de redacción a unos niños de una colegio de primeria, está contenta.

No es de extrañar. La cacería judicial desatada contra el juez Garzón tiene aquí su detonante. La corrupción del PP no se puede investigar si no es a costa de pagar por ello. Hay que recordar que el caso Naseiro, sobre financiación ilegal del PP, se archivó al anularse las pruebas obtenidas en las interceptaciones telefónicas ordenadas por otro juez cuando investigaba asuntos de drogas y pederastia. Las escuchas que dado lugar a la condena fueron pedidas por la fiscalía, ante los datos obrantes de que se estaba armando una operación para llevar a paraísos fiscales y borrar el rastro de una parte importante del botín rapiñado por los detenidos en sus tejes manejes con una multitud de cargos del PP de Galicia, Castilla-León, Madrid, Comunidad Valenciana. El juez que continuó la instrucción las mantuvo, otro juez de la Audiencia Nacional discrepó de sus dos colegas que ante el recurso de los abogados de la trama anularon las pruebas obtenidas por las escuchas. En el caso de Marta del Castillo, el juez correspondiente también ordenó escuchas como por las que ahora ha sido condenado Garzón. ¿Estaban todos prevaricando? No, sino que interpretaban la ley, que no clara en este punto, según su recto entender. Prevaricación es dictar una resolución a sabiendas de que es injusta o ilegal, por lo que razonablemente cabe la duda de si han prevaricado los 7 magníficos que hoy han condenado a Garzón.

La persecución a Garzón está bien orquestada (¿habrán tenido algo que ver en esa orquestación las buenas relaciones de Federico Trillo, encargado de los temas de justicia del PP, con los jueces conservadores?). Primero la Gürtel, cuya sentencia condenatoria sale cuando el juicio por la investigación de los crímenes del franquismo está visto para sentencia y no se ha iniciado la vista oral del bodrio de juicio sobre cobros percibidos de la Universidad de Columbia (Nueva York) por los cursos en ella dictados. Un juicio cuya principal función es la desacreditación del juez Garzón ante la opinión pública como corrupto merced al uso que de él hacen los medios afines al PP (la mayoría). Ese juicio, ahora que Garzón ya no es juez, se celebrará ante otro tribunal, evitando así que pudiera en su día ser fácilmente anulado en instancias internacionales por estar contaminados los integrantes de la sala que le iban a juzgar.

La tristeza, la rabia y la irritación suben de tono cuando se ve que el expresidente de Valencia Camps es absuelto y Garzón el primer condenado en el asunto Gürtel. El objetivo de quitarse del medio al juez Garzón ya está conseguido. Aquí ni se investiga al franquismo ni la corrupción del PP. Se ve así la coherencia de este partido en no condenar al franquismo, ese régimen genocida que pervive en las formas culturales de muchos exponentes que conviven a la casa común del PP. El relato de los familiares de desaparecidos y asesinados por la dictadura fascista en el otro juicio a que está siendo sometido el juez Garzón conmueve a todo ser humano que tenga un mínimo de sensibilidad. Lo terrible es que esas personas han estado y siguen estando desamparadas porque en España la exaltación del fascismo todavía no está prohibida. Hoy vemos como en diversos medios de comunicación se está de continuo utilizando el insulto y la mentira para descalificar a personas y medidas situadas en lo que puede decirse de modo muy amplio campo de la izquierda, con la misma prepotencia chulesca y arrogante que siempre han utilizado las fascistas españoles. Es sembrar de violencia la vida colectiva en un modo de pervivencia del franquismo. El Gobierno del PP es un servil admirador del actual gobierno alemán, por tantos motivos execrable, pero le convendría empezar por una condena lisa y llana de los horrores franquistas y tomar nota de que en Berlín, en el lugar donde estuvieron los cuarteles de las SS y de la Gestapo, que fueron arrasados por el Ejército Rojo, hay, para educación de los ciudadanos, un espacio dedicado mostrar algunas fotografías que muestran parcialmente la brutalidad los crímenes nazis. Ese espacio es llamado Topografía de los Terrores. Allí se encuentran las fotos que ilustran esta entrada que muestran cómo los nazis fusilaban y colgaban a ciudadanos de la URSS que sospechaban guerrilleros. Aquí, en cambio, tenemos el Valle de los Caídos, se absuelve a Camps y se condena a Garzón. ¡Qué bochornoso!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy JESUS DE VAL ARNAL de la Universidad de Zaragoza. Creo, sinceramente, que el árbol no os deja ver el bosque. El problema fundamental, como bien recuerdas, es la instrucción defectuosa tanto en el caso Naseiro como ahora en éste. El que la corrupción que nos rodea no se enjuicie en nuestros tribunales por prescripción (TABACALERA), o habiéndose juzgado desaparezca la sentencia(indultos), no nos debe dejar de enseñar Derecho. La clave siempre será que la actuación de los tribunales sea conforme al imperio de la Ley. Por ello cuando un Juez con tanta experiencia comete un error, que puede convertirse por imperio de la Ley en delito o falta, de tal magnitud (lo califico como error sin adentrarme en el Código Penal) por el que no hay pena de cárcel hace pensar muchas cosas y entre ellas, se que es duro pensarlo ¿cuánto vales?. Ese es el problema, si ha llegado la corrupción al Magistrado. Al grupo de la Universidad de Castilla La Mancha os conozco hace tiempo y me parece que sois personas por las que si se puede poner la mano en el fuego, mejor dicho, quemarse. Por ello intento ver que no hay algo más en este asunto pero desde luego cuando decide pinchar las conversaciones de las conversaciones y no pinchar los teléfonos de los abogados se pierde la posibilidad de ver indicios. Es decir, hubiera sido mejor pinchar los teléfonos móviles de los abogados y no pinchar las conversaciones de la cárcel. Ya sabeis que en la Universidad la primera ley es dudar de todo. Un saludo y ánimo.

Anónimo dijo...

Es curioso hacer el comentario ahora y no el día de la publicación de es te post?
Ratifico la posición del profesor del Val, señaladamente por su prudencia y objetividad. La curiosidad tiene que ver con la prescripción de siguiente pleito del pobrecito juez Garzón. Merece un comentario, esta vez, por la "justicia" de los magistrados, pero esto no se hará pues la objetividad no cabe en posiciones tan radicales. Los comentarios sobre el siguiente juicio que le espera a este juez no son de jurista ni del ámbito penal. Lo siento, pero es penoso cómo se tratan los temas jurídicos en un estado de derecho por quienes son especialistas en éste.