Hay que aclarar, ante todo, quienes somos
los que decimos: "queremos nueces". Aclaración necesaria para
evitar semejanzas con eximios representantes del partido de los corrompedores y
corruptos, todavía hoy en el Gobierno, aunque en funciones, a quienes se les
llena la boca arrogándose la recta interpretación de lo que quieren u opinan
“los españoles”.
Teniendo en cuenta que en las elecciones
solo les ha confiado su representación una minoría del cuerpo electoral (más o
menos el 28 por ciento), y no consta que antes de hacer tales
afirmaciones hayan recibido una llamada de teléfono o un triste whatsapp
del 72 por ciento restante, resulta claro que hacer tales afirmaciones es
el resultado de una mentalidad autoritaria de corte fascista como la de Franco
quien, por la gracia de Dios, sabía interpretar lo que los españoles tenían que
pensar por el bien de la patria. Se conoce que les cuesta mucho abandonar esa
escuela. Pues lo dicho, para no incurrir en semejante aberración, este nosotros
aspira a incluir a todas aquellas personas, que no son todas las españolas, que
en las elecciones de diciembre votaron, a la vista de lo que propusieron los
partidos, por recomponer los desastres causados por las políticas austericidas
y represivas de los últimos años. Es una gran mayoría a la que hay que sumar,
como diría el admirado López Bulla,
algunos conocidos y saludados. Los amigos están incluidos de oficio.
Cuando pedimos nueces pedimos que haya
cambios concretos que limiten el inmenso poder que en España tiene una ínfima
élite económica a cuyo servicio actúan los medios de comunicación más
difundidos, aunque cada vez menos atendibles y más degradados. Esos medios se
hacen eco de supuestas manifestaciones de representantes de los partidos
políticos que podrían liderar un cambio sin analizar ni destacar (es más, se
ocultan) las medidas necesarias sobre las que se podría construir una alianza.
Por el contrario se mete ruido con la gobernabilidad, la estabilidad, la
necesidad de una coalición “moderada” que incluya el PP (!!) . En esa operación
está el nuevo partido de la derecha, Ciudadanos y el PSOE parece sigue hablando
del pacto con este partido como sólido punto de arranque para cualquier acuerdo
con otras fuerzas de progreso. ¿Por qué no nos ahorran tanto ruido y nos dicen
lo que es necesario hacer? El nosotros de más arriba opina que quien tiene una
posición maximalista es Ciudadanos al no querer revertir la inicua reforma
laboral.
Una posición que el PSOE no debería
asumir, está a tiempo de corregir si de verdad, como dice, quiere que el PP
pase una temporada en el taller de reparaciones sin mando en plaza. Además de
revertir el desastre de la regulación vigente sobre la prestación de trabajo,
es urgente la derogación de la ley mordaza, la reforma del código penal, la
protección efectiva de la educación y la sanidad públicas, poner orden en la
radiotelevisión pública para que deje de ser instrumento de adoctrinamiento
partidista, reforma de la ley electoral y llevar otra voz a Bruselas para
construir una Unión Europea más decente. Estas serían las nueces que estamos
deseando caigan del nogal de la democracia, aunque no sea el tiempo agrícola de
ello.
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