Joaquín Aparicio Tovar
Hasta los medios de
comunicación del establishment dejan
escapar entre sus intersticios dramáticas noticias de personas de carne y hueso
que se encuentran en situaciones desesperadas, con casos tan tremendos como los
suicidios frente a los desahucios. En el blog hermano SEGÚN ANTONIO BAYLOS se nos ha
informado de la desfachatez de empresarios que ofrecen trabajo a cambio
de la comida, o de que una limpiadora ha sido despedida por haber tenido la
mala suerte de que se le haya descubierto un cáncer de mama. Son noticias que se
cuelan entre las fisuras de la información sobre el control del déficit, el
saneamiento y la fortaleza de los bancos, el desprestigio de las instituciones
públicas o la necesidad de los recortes de prestaciones sociales para cumplir
los compromisos impuestos por la UE ,
el BCE y el FMI. Se cuelan porque no queda otra. Son las personas y no las
cifras macroeconómicas lo que de verdad cuenta, y a algunas personas les va muy
bien (hoy se ha publicado que 15 directivos de las empresas más importantes de
España se llevaron a casa en 2012 ¡ 127 millones de euros en lo que podemos
decir salarios!). A otras le va muy mal porque han acabado en el paro o quienes
conservan el trabajo han visto reducidos sus salarios. Este blog lleva varios
meses silencioso y el inicio de la vuelta a la actividad va a romper, de modo
excepcional, la regla hasta ahora seguida de no escribir en primera persona. Se
rompe la regla para mostrar la experiencia personal, como hay de seguro otras
muchas, de sufrir la enfermedad en el momento histórico del derrumbe programado
de un excelente sistema de protección de la salud.
Este silencio ha sido
debido a que desde mediados del mes de noviembre empecé a sufrir algunos
dolores en la espalda, que se extendieron un mes después a la pierna izquierda
para llegar a hacerse atroces. Era imposible estar de pié o sentado. Solo
tumbado sobre el costado derecho se podía soportar de mala manera el dolor.
Nada excepcional, es lo que sucede a tanta gente cuando hay hernias o severas
protusiones discales en las vértebras (en este caso lumbares). No está en
riesgo la vida, pero es una situación incapacitante y desalentadora porque el
dolor físico tan grande corroe el ánimo. Bien se sabe que la alteración de la
salud, la enfermedad y el dolor, están incluidos en el plan vital y que es
entonces cuando se ponen más de manifiesto las limitaciones del individuo y su
impotencia para por si mismo restaurar la salud alterada. Se pone claramente de
manifiesto la falsedad de la idea liberal que proclama la autosuficiencia del
individuo-ciudadano. No somos autosuficientes, necesitamos siempre de otros,
pero mucho más en estas situaciones. Los primeros de quienes precisamos son los
que dan ayuda, consuelo, cariño, afectos…amor, en definitiva, o para decirlo
con un poco más de pedantería filia.
Pero tras ese primer círculo de proximidad afectiva están, de modo inmediato,
los que dominan un saber técnico que sirve para restaurar la salud alterada.
El acceso a los cuidados
sanitarios de calidad estuvo mediado por las leyes del mercado hasta tiempos
muy recientes en España y en Europa, y todavía lo está en la mayor parte del
mundo, con el resultado de condenar al sufrimiento y la muerte a los que
carecen de los recursos que se exigen
(cada vez mayores) para curarse. La rebelión de los trabajadores contra este
estado de cosas fue lo que impulsó a Bismarck en 1883 a crear el primer
seguro social de la historia de la humanidad: el seguro social de enfermedad,
precisamente. Era una especie de vacuna contra la amenaza de la revolución. A.
Bevan, el ministro británico encargado en los años posteriores a la Segunda Guerra
mundial de la puesta en práctica del National
Health Service, lo justificaba diciendo que es inaceptable que exista una
medicina para ricos y una medicina para pobres. Ante la enfermedad y la amenaza
de la muerte se hizo evidente la común dignidad y la igualdad esencial de los
seres humanos. La historia reciente de España es aleccionadora. Hasta los años
60 del pasado siglo la desigualdad ante la enfermedad era escandalosa. El
progresivo desarrollo del Sistema de Seguridad Social, que tuvo un importante
impulso en el tardo franquismo como instrumento de legitimación de un régimen
impuesto a sangre y fuego y, en especial, tras la Constitución de 1978,
dio lugar al advenimiento de una sistema de protección de salud, no exento de
problemas, pero en muchos aspectos modélico y entre los mejores del mundo.
Pero la crisis de 2008
está siendo aprovechada para su destrucción dando entrada a las caducas ideas
del mercado y el negocio en el interior mismo del sistema. No se trata hoy por
hoy de eliminar la atención universal y gratuita del acto médico concreto, a
eso ya se llegará si no lo impedimos. Por el momento se trata de deteriorar los
centros públicos para encargar su gestión a empresas privadas con ánimo de
lucro que cobran del Estado. Es decir, tienen un mercado cautivo con precios
garantizados. El beneficio, además, llega por la sustitución del puro criterio
médico en la atención sanitaria por otro criterio tamizado por la necesidad del
lucro. O lo que es lo mismo, sustituir una ética por otra. El resultado es
evidente: peor asistencia y la conversión del sujeto protegido (o paciente) en
cliente, o unidad individual de negocio. Es exactamente mi reciente experiencia
y, por desgracia, la de otras personas de mi entorno próximo.
Inicialmente fui
atendido de urgencia en un centro de salud rural donde el diagnostico, aún sin
las pruebas sofisticadas, era correcto y la medicación la que el protocolo
establece. Esa fue la mejor asistencia que tuve. Como los dolores no cesaban,
acabé en el hospital que tengo asignado como beneficiario de la Seguridad Social.
Un hospital de una historia gloriosa en la medicina española, la Fundación Jiménez
Díaz, pero hoy ¡Ay! ha caído en las garras de la empresa Capio Salud. La
empresa matriz de Capio está enclavada en el paraíso fiscal de las Islas
Caimán, y entre ella y la “filial” española hay todo un entramado de empresas
instrumentales (parece que hasta 15) que, pasando por Holanda, consiguen crear
una opacidad casi total sobre los verdaderos titulares últimos. En España
parece que están en los órganos de dirección personas tan relevantes, entre
otras, como el sr. Ignacio López del Hierro, esposo de la sra. De Cospedal,
secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha o la sra. Echániz,
hermana del Consejero de Sanidad de la misma Comunidad en la que Capio también
tiene importante presencia.
Lo único que hizo Capio
por este infortunado ciudadano fue hacerle una resonancia magnética casi dos
meses después de la primer contacto, ser recibo a los tres meses para confirmar
el diagnostico que ya se sospechaba (seria protusión discal) para decirle que
cuando tenga otro episodio vuelva a pedir hora, pues la cirugía en este caso
está descartada. Mientras, se limitaron a aconsejar seguir con la medicación
prescrita por el centro de salud rural. La restauración de la salud por
fisioterapia, u otros tratamientos contra el dolor, como la acupuntura, no son
de su incumbencia, si los quiero debo procurármelos por mi cuenta y a mi costa.
Cuando sentía que estaba siendo tratado como cliente “del seguro”, como se
decía en los viejos tiempos del franquismo (años 50 y primeros 60), al que no
se le podía exprimir el bolsillo por estar en el campo de aplicación de la Seguridad Social ,
no dejaba de pensar que si el gran médico que fue D. Carlos Jiménez Díaz
levantase la cabeza, un buen sopapo les daría a la mayoría de los gestores y
médicos influidos por el mercantilismo que en la institución que lleva su
nombre por allí pululan, que, por fortuna, no son todos.
Es una gran alegría y
una esperanza ver cómo la marea blanca inunda las calles de nuestras ciudades
en defensa de la sanidad pública, porque muestra que hay miles de personas que
no están dispuestas a aceptar una regresión tan brutal en los niveles de
civilización a que hemos llegado. L@s médi@s, enfermer@s y personal sanitario
que están dispuest@s a trabajar lo que sea para los enfermos, pero no para unos
accionistas, están actuando con una ética que se nutre de esa filia a la que antes me refería y, por
ello, merecen todo reconocimiento y respeto.
4 comentarios:
¿Qué tal estás ahora?
Animo y besarkada bero bat bihotzez
Mikel Urruti
Luego de Semana de Pascuas he ido a Desde mi Catedra y me sorprende la buena nueva. Un abrzo desde Montevideo. Carlos Casalas
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