viernes, 21 de agosto de 2015

LOS ABOGADOS DEL EURO




Una de las comidillas del verano del todo Parapanda están siendo los abogados del capital. Desde las vegas granadinas a Pineda de Marx, pasando por Menorca, los llanos de la Mancha, el norte de Extremadura y las Rías Baixas se comenta con cierta sorna cómo los medios de persuasión del capital entronizan el poderío económico de grandes despachos haciéndolo coincidir de modo automático con la alta solvencia técnica. Muchos paparandeños se parten de risa en tabernas y caminatas por montes y playas cuando mientan las flagrantes derrotas en los tribunales de estos despachos inferidas por abogados sindicales de altos vuelos. El caso Coca Cola sale a relucir más de una vez, pero también otros, como el de los interinos de Castilla-La Mancha despedidos por la sra. De Cospedal. Las risotadas han podido tener graves consecuencias cuando los trabajadores de la pastelería Casa Isla de Santa Fe, al desternillarse de risa, casi se les va de las manos la crema de los piononos, y eso es cosa delicada.

En el ágora del Arco, en plena Vera, algún contertulio apuntó que los periodistas de los grandes medios (y algunas veces de los medios digitales) deberían distinguir entre competencia técnica, que como el valor al soldado, se supone, de la práctica de lobby sobre tribunales y legisladores. Pero eso es quizá hilar muy fino. Como en esta comunidad hay gente muy leída una joven estudiosa sacó a relucir aquel poema de Pablo Neruda del Canto General llamado Los abogados del dólar, una cuyas estrofas dice:

Él sabe quién es sobornable
Él sabe quién es sobornado,
Él lame, unta, condecora,
Halaga, sonríe, amenaza.
Y así vacían por los puertos
Las repúblicas desangradas

Pero la hilaridad generalizada la han provocado los abogados de D. Jaime Botín cuando hicieron aquella pomposa declaración sobre lo queprima facie podría parecer un asunto de contrabando o exportación ilegal del cuadro de Picasso Cabeza de mujer joven. Dijeron estos abogados que ese cuadro, apresado en Córcega en un magnifico yate propiedad de susodicho banquero con bandera en un paraíso fiscal (infierno para la mayoría de la población) de una de las islas del canal de la Mancha, no había sido exportado ni legal ni ilegalmente porque fue pintado y adquirido en el extranjero y nunca ha estado en España. Sobre lo de que nunca ha estado en España discrepan la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico y la Audiencia Nacional.  Sobre lo de que había sido pintado en el extranjero la mofa de los contertulios subió de tono porque en Parapanda hasta los niños de pecho saben que ese cuadro fue pintado entre junio y agosto de 1906 durante la estancia de Picasso y Fernande Olivier, su compañera de entonces, en Gósol, provincia de Lérida. Ese fue un periodo fundamental en la evolución del artista que había quedado impresionado por una exposición de arte ibérico que había visto anteriormente en el Louvre. En Gósol simplifica las formas hacia una especie de primitivismo, marca las líneas y abre caminos hacia el cubismo, de ahí la importancia de este cuadro, que como dijo la Junta de Calificación, pertenece a un periodo con poca presencia en España.

Un caustico paparandeño dejó caer si no se habría pasado el sr. Botín a las filas de independentismo catalán pactando alguna ventaja financiera con el sr. Mas. “Habrá que preguntar al candidato Romeva”, añadió, al tiempo que para celebrar la llegada del cuadro al Reina Sofía invitó a otra ronda para toda la barra. Fuera miseria. 


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